domingo, 2 de octubre de 2016

Cuando se experimenta un fenómeno, aparte de la relación que se crea en el sujeto mediante experiencias predecesoras, se ofrece una relación de posibilidad en cuanto a la realización y aceptación de ese fenómeno. Nuestra capacidad de experimentarlos se muestra delimitada por la eficacia y profundidad de la capacidad de nuestros sentidos, que aun así nos presenta una cantidad indeterminada de experiencias, siempre existiendo mas de lo que extraer información y proporcionalmente a nuestra asimilación de estos se nos expande la influencia y la posibilidad de dicho fenómeno. Así es como de una mera imagen de un determinado objeto la mente extrae y organiza una serie de mecanismos que economizan la información de esta proponiendo y descartando experiencias circundantes, que pueden englobar, abstraerse o retraerse de esta información original. Esta información proviene de un pozo sin fondo que es la experiencia, lo existente, al cual nosotros accedemos desde un nivel contenido en esta experiencia, pero desde un nuevo foco y perspectiva única e irrepetible al igual que la información misma que experimentamos y nos completa. Asi pues, se da una posibilidad de extracción de expansión en todo fenómeno. Pudiendo invertir capacidad y tiempo en extraer indeterminada cantidad de información que amplia la conciencia de uno ante su estado anterior a esa asimilación. Una apertura. La información no esta determinada en la naturaleza, si no en los margenes de las capacidades humanas sobre los cuales establecemos el merito de un estudio y su valor. Aun así, es la acción voluntaria de apreciar algo lo que revela el valor de esta experiencia en uno mismo. En la voluntad humana de comprender el mundo, presentada de cualquier forma, esta no solo el valor de este reflejado en nuestra realización, tan siquiera de la voluntad de asimilarlo, si no su propio ser o existencia en un sentido dual y limitadamente humano, siendo de por si solo, una totalidad.

viernes, 22 de julio de 2016

De los sucesos de una noche.

Las luces de los bares y carteles tintineantes luchaban contra las farolas por la atencion de los muchos transeúntes que recorrian la empedrada calle. El aire era humedo y frio. Entre el tumulto de ebrios y fanfarrones un joven de aire humilde hacia trucos con mecheros prestados para la diversion de la muchedumbre. Al girar la esquina chicas orinan entre monovolumenes familiares. Ante la desaprobadora mirada de un vendedor de comida rapida del local cercano y una anciana solitaria que inspecciona las calles en busca de gomorra que llevarse a la boca teñida de tintes oscuros. El joven acabo ganandose dos euros que fue a invertir en una cerveza del bar conocido. Espero en la barra suspendido entre conversaciones observando el interior del bar con aires despreocupados. Intervino a otro joven que se disponia a gritarle al camarero su pedido con una simpatica invitacion a presenciar un truco de ilusionismo. El joven ebrio se mostro entusiasmado y las palabras empezaron a brotar con fluidez y una singular delicadeza que entre tambaleos fueron calando en la distraida mente de este. La anciana vio alejarse a las jóvenes gritando apoyadas la una en la otra. Desfruncio el ceño y por unos segundos miro su oscuro salon antes de volver a centrar su mirada en la esquina donde el festejo tenia lugar. Las chicas vociferaron sobre un grupo de aigos que acababan de conocer y las respectivas expectativas de relacionarse con los diferentes miembros cuando, al cruzar la puerta del bar, encontraron a un hombre tumbado en el suelo y otro depie ante el rodeado de alarmados curiosos. El hombre le daba directrices inconcretas sobre su respiración y su cuerpo ,el tendido como en trance parecia antender a ellas. El joven fue cambiando el tono hasta un punto culminante donde sus ahora extrañas exigencias le incitaro la urgencia de un vomito que se materializo sobre la camisa y los zapatos de los casuales frecuentes del bar. La gente se quedo perpleja y una de las chicas salio a compartí lo que acababa de presenciar con otras amigas. El joven responsable del extraño acontecimiento salio con seriedad y serenidad en el rostro cogiendo sutilmente una copa aleatoria antes de cruzar la puerta. A lo que la chica le siguió para interrogarle.

miércoles, 13 de julio de 2016

Recompongo

Soy un templo faraonico erguido y elevado, enraizado hasta la piedra bajo la arena.
Soy un perro escapado con una cadena rota colgando, corriendo entre el manto de la nieve crepuscular.
Soy un sol brillante para muchos y una niebla inperceptible para otros tantos.
Soy el dueño de los pergamos perdidos y señor de las llanuras donde la hierba ruje al flotar.
Soy uniforme deforme y amorfo, cualquier ranura puedo atravesar y abarcar.
Soy un portal interdimensional que usan temerosos de su oculto mal.
Soy todo lo abarcable dentro y fuera de las mentes. Encima y debajo paisajes lunares.
Entre el gran desierto blanco un porton ancestral permanece cerrado. Kilometricamente laberintico arquitectado. Mas allá de una sola forma o via. Todas las cosas vivientes imaginables se resguardan de la gran nada. Sueños de terror y de cegadora ilusion tras el inmovil porton rodeado de estatuas derruidas de rostros apagados.  Desde aqui puedo ver la tierra y el mar.

viernes, 27 de mayo de 2016

NOCHES DE SUBURBIA

[22:25:46] PPV: Dónde se sale hoy? Rt MAGA Mg MARITIMO Dale!
[22:26:00] Óscar: fav banana
[22:26:01] Óscar: fav
[22:26:20] Miguel Ángel: @autordelpost A TU PUTA CASA PAYASO HAMBRIENTO DE ATENCIÓN
[22:26:52] Óscar: #hambriento de atención o decidiendo a donde salir de fiesta, pues irá donde vayan más amigos
[22:27:13] Óscar: (conocidos)
[22:27:21] Miguel Ángel: Pedro, por favor, no juegues la carta gris en esta conversacion que sabes que tengo razon
[22:27:29] PPV: >oscar
[22:27:32] Óscar: >pedro
[22:27:33] Óscar: >2016
[22:27:38] Miguel Ángel: wew
[22:27:40] Óscar: >he logrado ser tan pedante como él
[22:27:42] Óscar: >goals

sábado, 12 de marzo de 2016

I

La lluvia lo mantuvo en el marco de la puerta unos momentos más. No llevaba capucha. Ni paraguas. La katana le hacía más difícil el desplazarse cómodamente. Sus ropajes negros disimulaban la humedad. Las calles del barrio de Leopldstat estaban vacías. Ya nadie salía a la calle desde el incidente. Sorteaba los coches estacionados sin la menor atención a sus movimientos. Caminaba sin rumbo, guiándose por impulsos subconscientes. Hacía frío pero le daba igual. Viena siempre había sido fría y algo muerta, pero desde las bombas se convirtió en el cementerio de fría piedra que es ahora. Se detuvo y reparó en una figura que lo observaba desde una ventana, Era pequeña, y el cabello largo y lacio denotaba que se trataba de una niña. Lo saludó desde detrás de la cortina. Él mantuvo el contacto visual y dibujó una media sonrisa antes de proseguir su camino. En la esquina había una tienda de ultramarinos siendo saqueada. Lo típico, un grupo de tres. El que vigila, el que mira la caja registradora y el que busca comida que se mantenga en buen estado. El vigilante le dedicó una mirada de pocos amigos, y se puso la mano en la espalda.
—Tranquilo. Está bien.
El vigilante seguía tenso. El nómada sacó un paquete de cigarrillos del bolsillo de su gabardina negra.
—¿Tienes fuego?
El vigilante se relajó. Entonces se sacó la mano de la cintura y de su bolsillo derecho sacó un reluciente mechero de metal. El nómada se acercó a él y le ofreció un cigarrillo. Mientras el vigilante lo encendía, el espadachín observó que dentro había una mujer y un niño. Éste entendió y prosiguió su camino. Estaba empezando a amainar, pero el cielo seguía encapotado.

jueves, 11 de febrero de 2016

ojalá

Ojalá poeta, ojala músico, ojalá bailarín, ojalá escritor. Ojalá transformar sentimientos en palabras, ojalá hacer llorar a un público, ojalá saber entrar y salir del escenario. Ojalá la fuerza en la voz del obrero, ojalá la frialdad del empresario, ojalá la pasión del artista, ojalá la dedicación del maestro, ojalá la audacia del ladrón. Ojalá mar, ojalá cielo, ojalá tierra, ojalá hombre, ojalá lobo estepario, ojalá lluvia. Sí, ojalá lluvia. Ojalá caer, estamparse, y ojalá evaporarse para volver a caer de nuevo, sin aprender nada, sin pretenderlo tampoco. Ojalá.

domingo, 10 de enero de 2016

Yasugiro Ozū

El terrible frío que esconden las almas humanas no deja de sorprenderme. Es algo tan minúsculo, tan ínfimo, tan recóndito, y sin embargo, tan real.