sábado, 27 de diciembre de 2014

Noche de domingo

El frío. Se calaba en los huesos de forma obscena, generando un estado de tensión en los miembros de aquel grupo. Ceniza iba el primero. En la mano sostenía la trémula luz de la linterna, iluminando débilmente. Los murmullos de Luca y Gina en la lejanía eran lo único que se escuchaba, junto al crujir de las ramas y las hojas secas. El Soja se fumaba los restos de un sucio cigarrillo. Mientras todo eso ocurría, Nando se detenía a observar un arbusto. José Manuel, El Soja, chocó con él. Eso lo sacó de su estado de absorción.
<<Me había parecido ver algo>>
José Manuel le quitó importancia con un ademán. Recorrieron en silencio otro trecho. Cada vez hacía más frío. Luca y Gina habían dejado de hablar hace un rato, ahora absortos en mantenerse calientes. Todos llevaban las chaquetas ceñidas y los brazos cruzados. Cuando empezaba a asomar los primeros destellos de las farolas, aun alejadas de donde se encontraban, Luca cayó al suelo. Debido al estado general de ensimismamiento, no fueron conscientes de ello al instante. Suficiente como para que el grito de dolor por el impacto se escuchara a bastante distancia. Eso inquietó a El Ceniza. No fue una herida grave. Un golpe más bien. El alcohol y los paseos nocturnos no combinaban muy bien para Luca. Gina dijo de parar un momento en uno de los bancos que estaban a unos cincuenta metros de su posición. Todos aceptaron, a pesar del molesto frío. Nando comentó haber visto algo raro en un arbusto. El Ceniza preguntó que clase de algo. <<Un ser>>, pequeño, añadió. Gina se mofó. <<Será algún tipo de zorro>>. "¿En la costa?"
Nando acabó desestimando su supuesta visión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario