lunes, 8 de diciembre de 2014

El error de Hobbes parte de su superficial conocimiento sobre la conducta humana y su comportamiento social instintivo. Atribuye los conflictos generados o bien por falta desarrollo cultural que impide el óptimo entendimiento entre individuos o bien por valores adquiridos sobre un error cultural primario, natural o impuesto, que en lugar de superar a medida que se progresa como sociedad se institucionaliza, véase el platonismo en el catolicismo o la propiedad cimentada sobre la autoridad. Hobbes atribuye estas taras a la propia naturaleza humana a causa de una comprensión superflua de las conductas racionales y el desarrollo político.  

Partiendo del planteamiento erróneo justifica la tiranía y la violencia jerárquica sistematizada con un ficticio contrato social pre impuesto sobre el individuo no por el poder vigente, sino por la sociedad en sí, contradictoriamente negando el individualismo original de su filosofía. Una vez el contrato social que plantea es palpable en la historia a partir del surgimiento de grandes jerarquías hay que plantearse sobre quien recae la responsabilidad del famoso Leviatán, pues la idea de una autoridad que parta de la premisa de liberar al hombre de su imperfección social sin buscar un beneficio propio es pura idealización. No hace falta más que ver como los intereses económicos siempre han estado detrás de toda guerra entre culturas e instituciones, a excepción de los movimientos fundamentalmente progresistas (Ejército Insurreccional de Ucrania, 1918) que no hayan sido subyugado por un poder contrario al original como fue el caso de la revolución francesa de 1799 con el posterior auge de la burguesía como creciente motor económico y social una vez superados os privilegios de la nobleza.

No solo le atribuye la causa de los conflictos internacionales a la propia naturaleza del hombre sino que justifica con esta la misma causa que intenta sofocar en su planteamiento. Esta contradicción la rebatirá Rousseau planteando la naturaleza social y cooperativista del hombre. Con esta los instintos compasivos y empáticos que siempre han predominado en los hombres pero sometidos a la ignorancia y el sectarismo del nacionalismo que Hobbes instauraba como medida suprema para apaciguar las injusticias mediante un trato de sometimiento para hacia una autoridad totalitaria, esta es la incoherencia de su planteamiento. 

Como conclusión, parte de un entendimiento erróneo del estado de naturaleza para contradecirse teóricamente y como se ha demostrado posteriormente también a la práctica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario