A veces escribir es el único consuelo que le queda a uno. A veces, encontramos refugio en hobbies, en la música, el cine... En el momento en el que encontramos refugio en otras personas, estamos condenados. Porque te fallará. Y no porque sea egoísta. Sino porque pondremos demasiadas esperanzas en ellas. Creeremos que solucionará nuestros problemas, cuando probablemente no pueda solucionar los suyos primero. Y es que no se trata de depender de nadie más allá que de nosotros mismos.
La ceniza de este cigarro se apaga. Mi voluntad, no.